Actualmente el peligro de la desertificación de muchas regiones en el mundo es de las problemáticas más graves a las que nos enfrentamos. La agricultura es uno de los ámbitos que tiene que hacer frente a este problema. Entre otros aspectos, la desertificación puede deteriorar considerablemente la calidad del agua que se utiliza, producir un exceso de salinidad en el suelo y originar la deposición de lodo en ríos y embalses, lo que sería fatal.

La construcción de embalses o balsas de riego que cubran las necesidades de las explotaciones agrícolas es fundamental, pero hoy en día toma mucha importancia la impermeabilización de embalses. La instalación de una cubierta es lo más seguro y eficiente que se puede hacer para un mejor almacenamiento de recursos hídricos.

A día de hoy, con la gran escasez de agua por la falta de lluvias y las altas temperaturas que se producen en España, debido al cambio climático, se hace esencial para los agricultores disponer de almacenamientos para su uso que se encuentren en óptimas condiciones.

 ¿Cómo optimizar los recursos hídricos?

Ante la tremenda escasez de agua se hace necesario optimizar al máximo los recursos. Por ello, contar con sistemas que resulten eficientes para el control de la evaporación en las balsas agrícolas se hace cada vez más primordial. Una buena solución es el uso de cubiertas flotantes mediante geomembranas, que minimizan el riesgo de sufrir un grave desabastecimiento para el riego.

Para cualquier explotación agrícola el sistema de cubiertas flotantes tiene grandes ventajas. La evaporación está aumentando debido al aumento de la temperatura y es una de las cuestiones que deben evitarse. Ésta puede producirse por la radiación solar, pero otro de los factores más relevantes es el viento.

Otra de las ventajas de la impermeabilización de embalses  es que se reduce la salinidad del agua. La salinización se produce durante el proceso de evaporación. Las sales y los minerales que contiene el agua no se vaporizan y aumenta su concentración. Asimismo, este sistema anula el crecimiento de algas, que entre otros aspectos, pueden ser causantes de atascos en el sistema de riego.

Del mismo modo, con las cubiertas flotantes se consigue proteger el agua por completo de cualquier agente externo como la nieve, el granizo, el polvo o la contaminación, y así poder mantener la calidad del agua.

El montaje de las cubiertas flotantes puede realizarse en cualquier momento, aun cuando la balsa de riego ya esté en funcionamiento. Al ser un sistema que no tiene cables que sustenten la geomembrana y que flota directamente sobre el agua, no hay ningún impedimento para realizar su instalación.

Este sistema es perfecto para grandes dimensiones y se adapta a cualquier tamaño de embalse o depósito.

Por otro lado, existen otros sistemas para optimizar los recursos hídricos, aunque lo cierto es que no presentan el alto nivel de eficiencia que muestra la cubierta flotante. Se pueden encontrar cubiertas de sombreo, por módulos flotantes y cubiertas suspendidas, aunque estas no evitan la evaporación del agua por completo.

La desertificación avanza en España

El grave problema de la desertificación hace que en Europa haya zonas especialmente indefensas ante la sequía y la aridez es cada vez mayor como consecuencia del aumento del calentamiento global.

Ante este escenario, España se sitúa como uno de los países con mayor vulnerabilidad en el mundo y tiene el índice de desertificación más alto dentro de los miembros de la Unión Europea.

El 75% del territorio está en peligro, con más de 9 millones de hectáreas catalogadas como zonas con un riesgo alto o muy alto de sufrir desertificación, fundamentalmente en el tercio sur y los dos archipiélagos.

En muchas zonas del mundo este panorama no será muy diferente. El avance de la desertificación ha convertido al agua en uno de los recursos más preciados. Esto lleva a pensar que si no se toman importantes medidas, en el futuro podría convertirse en el desencadenante de muchos conflictos entre distintos países.

La apuesta hacia una agricultura más sostenible

La agricultura era hasta la década de los 60 el soporte principal de la economía de nuestro país. Actualmente en España solo alrededor del 6% de la población se dedica a ello y hoy en día, las explotaciones se van adaptando para tener una mayor sostenibilidad y ser mucho más eficientes.

Las administraciones buscan soluciones para ser más respetuosos con el medioambiente y no malgastar recursos, mientras los agricultores miran con preocupación la escasez de agua que cada vez es más frecuente.

El 2022 ha sido uno de los más secos en décadas desde que existen registros en España y dejó los embalses en su nivel más bajo en casi 30 años. Teniendo en cuenta las previsiones, queda claro que es muy recomendable impermeabilizar las balsas de riego y los embalses para poder almacenar un agua de buena calidad.