Sácale el mayor provecho a tu terreno con los cultivos de brotes Baby Leaf. Se caracterizan por ser pequeños y tiernos. Esto simplifica el proceso de cultivo y recolección. Posteriormente deben ser empaquetados en bolsas especiales que mantienen su frescura. Están listos para ser consumidos y te ayudarán a ingresar en nuevos mercados como supermercados y restaurantes.

Existe una variedad de cultivos de brotes Baby Leaf que aportarán diferentes texturas y colores a tus ensaladas. Esto lo hace más atractivo para los clientes. En este artículo explicaremos en qué consiste este tipo de plantación, cómo cultivarla y cuáles son los elementos claves para industrializarlo.

¿Qué son los cultivos de brotes Baby Leaf?

Los cultivos de brotes Baby Leaf tienen un tamaño entre los 8 a 12 centímetros. En tanto son sencillas de recoger y consumir. Además, son atractivas por su variedad de colores, sabores y texturas. Se siembran utilizando la técnica a voleo que consiste en cultivar las plantas directamente en el suelo o en bandejas flotantes, abriendo agujeros de poca profundidad para favorecer la calidad y ternura de las hojas, o de la forma más útil y económica con sembradoras manuales.

En pocas semanas podrás recolectar los cultivos de brotes Baby Leaf, mediante un simple corte de hojas que las deja uniforme, suaves y listas para consumir. En un mismo terreno puedes agrupar múltiples opciones de brotes como espinaca, lechuga romana, remolacha roja, hoja de roble,  perifollo, lollo rosa y verde, entre otros porque se desarrollan en climas de altas temperaturas.

La mejor época para cultivar los brotes de Baby Leaf es durante las estaciones de primavera y otoño porque la temperatura se encuentra entre los 15 a 25° acelerando su producción. En las Islas Canarias las plantaciones de Baby Leaf pueden sembrarse durante todo el año, especialmente en Tenerife y Gran Canaria llegándose a cultivar alrededor de 500 hectáreas destinadas al consumo interno.

El empaque para su comercialización es la IV gama que consiste en el procesado de frutas y hortalizas previamente limpias, troceadas y envasadas para consumo directo. Se mantienen frescas y naturales entre unos 7 a 10 días. Principalmente se distribuyen en restaurantes, cadenas rápidas de comida y hoteleras para acompañar diferentes tipos de platillos.

Cómo cultivar los brotes Baby Leaf

Los cultivos de brotes Baby Leaf son fáciles de germinar. Son plantas que no necesitan desarrollar al máximo sus raíces para adquirir una consistencia agradable y nutritiva. Puedes abarcar grandes densidades de tierra si sigues al pie de la letra las siguientes instrucciones:

  1. Antes de repartir las semillas necesitas prepara el suelo: Para comenzar elimina la maleza, seguidamente debes arar y mullirla la tierra para oxigenarla y mejorar el crecimiento de las raíces. La tierra debe estar regada con abundante agua para hacer más sencillo el labrado. Por último, allana la tierra con la pala, eliminando los bultos para proceder a fertilizar la tierra con materiales de origen animal y vegetal.
  2. Siembra las semillas: Crea un agujero de poca profundidad y siembra varias semillas. Cada agujero necesita una distancia de al menos unos 20 cm entre cada planta para asegurar su correcto crecimiento y uniformidad del cultivo. Finaliza removiendo un poco la tierra para tapar las semillas.
  3. Riega constantemente el cultivo pero con pequeñas cantidades de agua. De esa forma mantendrás la tierra en óptimas condiciones. Remueve periódicamente el suelo para evitar la aparición de maleza.
  4. Podrás comenzar a recolectar los cultivos de brotes Baby Leaf después de los 45 días o al observar que el cogollo se encuentra bien formado y compacto.
  5. La recolección podrá ser manual o con máquinas. En el caso de ser manual, utiliza un cuchillo y corta la hoja por su base.

Los cultivos de brotes Baby Leaf son una excelente proyecto para recuperar espacios reducidos y conseguir elevadas ganancias por su uso gourmet en platillos. Si buscas convertirlo en un negocio rentable y mejorar el proceso de producción, contáctanos a los teléfonos 828 129 838 / 696 100 648 o por el correo electrónico mailto:info@agroingeniacanarias.com . Ofrecemos asesoramiento especializado en el cultivo de brotes Baby Leaf y te ayudamos en la industrialización de múltiples tareas como el sistema de riego.

Empaquetado IV Gama

Desde los años 80, el concepto de IV Gama fue introducido en España para optimizar las condiciones de procesado. Después de cortar los cultivos de brotes Baby Leaf, se lavan, son troceados, mezclados y empaquetados en envases como bolsas, tarrinas y bandejas.

Las bolsas se consideran el envase de mayor aceptación por parte de los clientes por su precio reducido. Adicionalmente, aporta mayor sensación de frescura al producto. Las instalaciones para el envasado deben encontrarse en óptimas condiciones para mantener los brotes frescos por un mayor tiempo.

Se realiza la selección manualmente para eliminar los brotes que no cumplan con las condiciones. Asimismo, se realiza un estudio meticuloso y delicado para evitar posibles daños del producto. Se elimina la suciedad como tierra, bacterias y moho lavando los brotes con agua fría a una temperatura entre 3° a 4° C. Se emplea alrededor de 8 a 10 litros de agua por cada kilogramo mezclado con hipoclorito de sodio para eliminar las bacterias.

Una vez finalizado el lavado, se procede al cortado, el cual se efectúa de diversas formas de acuerdo a las condiciones del producto. Se puede cortar en cubos, segmentos, rodajas, tiras, entre otros. El corte es realizado rápidamente en una maquina cortadora para no dañar la apariencia de la hoja.

El proceso de envasado de los brotes Baby Leaf

El envasado necesita un clima modificado para mantener los productos frescos. Al procesarse mínimamente, se produce una alta concentración de O₂ y CO₂ dentro del envase para reducir la humedad de las plantas, disminuyendo la proliferación de enfermedades y manteniendo la frescura.

Por su parte, las bolsas deben reunir diferentes condiciones para considerarse aptas para el consumo humano. En este sentido, el diseño de la bolsa debe resistir temperaturas altas de mínimo de 120° C, incluir cierre aséptico e impermeable para disminuir la aparición de microorganismos y enfermedades.

La última etapa corresponde al etiquetado del producto, que consiste en incorporar el nombre o logo de la empresa, además de agregar información detallada de los ingredientes utilizados, compuestos del envase y forma de almacenamiento.

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