Un sistema especializado de cajas para insectos desarrollado por los científicos del departamento de agricultura de lo Estados Unidos (USDA) podrían mejorar las posibilidades de crianza masiva de las catarinas de manchas rosadas; un insecto que puede ser utilizado como control biológico de los áfidos, las arañitas rojas y otras plagas que dañan los cultivos.

Un sistema de jaula recién inventado por los científicos de ARS puede ayudar a criar de manera masiva las catarinas de manchas rosadas, para utilizarla en el control de áfidos, arañitas rojas y otras plagas de las plantas.

Siendo nativa deColeomegilla maculate. Imagen cortesia de Russ Otens, Universidad de Georgia (EUA). toda América del Norte, la Catarina de manchas rosadas (Coleomegilla maculata) es un depredador generalizado que caza a sus presas en muchos de los cultivos importantes, incluyendo el trigo, el maíz, el algodón, la alfalfa, la soya, los chícharos y el tomate. A diferencia de la Catarina asiática (Harmonia axyridis) un insecto competidor no nativo, la Catarina de manchas rosadas no invade los hogares durante el invierno, por lo que no se transforma en una molestia. Sin embargo, hasta el momento no se había encontrado ningún método sencillo para criar grandes números de catarinas y poder venderlas a los productores que desean liberarlas como agentes de control biológico.

Finalmente se ha encontrado la solución, gracias a un sistema de jaulas que incluye un depósito en forma de jarra; una tapa de malla y varias tiras en las que las catarinas de manchas rosadas pueden ovopositar grandes cantidades de sus pequeños huevecillos color naranja.  Al retirar las tiras se pueden cosechar los huevecillos sin que sufran ningún daño en el proceso; dice la entomóloga Meg Allen, del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).

Allen utiliza los huevecillos en su investigación para analizar genéticamente los diferentes estadíos de vida de las colonias de catarinas de manchas rosadas criadas en el laboratorio.  Sin embargo, el nuevo sistema de recolección de huevecillos también podría ser adoptado a nivel comercial por los insectarios, para ser aplicado con diferentes especies, dijo Allen.

Meg Allen ideó el sistema porque necesitaba realizar un estudio del ADN de las catarinas, junto con el estudio del comportamiento de ovoposición del insecto.   Meg eligió las tiras texturizadas, en lugar de tiras lisas para colocarlas en el depósito, porque las hembras (en la naturaleza) prefieren plantas con pequeñas vellosidades en la superficie, llamadas tricomas para ovopositar.

En sus estudios, Allen utilizó un sistema de seis jarras que alojaban entre 10-20 hembras de catarinas al año y le permitía recolectar huevecillos en cantidades que iban desde algunos cientos, hasta varios miles de huevecillos por día.

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