Con las siguientes claves para mejorar la vida de los productores del campo podrás obtener el mayor provecho en tu producción agrícola.

En los últimos años, diferentes organizaciones se han sumado a la iniciativa de cultivar o criar ganado en las islas de Canarias, para incentivar fuentes de empleo, disminuir la importación de productos e integrarse al mercado internacional.

Las islas Canarias gozan de una vegetación diversa y árida, condicionada por su cercanía al mar y el clima tropical. Las lluvias son escasas, fomentando una agricultura híbrida entre el estilo secano, que consiste en el cultivo de alimentos que consumen poca agua, por lo cual se emplean los tiempos de lluvia para nutrir los cultivos y el regadío, un sistema que se encarga de suministrar las cantidades necesarias de irrigación a los diferentes tipos de plantaciones.

En Canarias los sembradíos más frecuente son de papa, aloe vera, trigo, cebada, aguacate, vid, olivo, tomate, plátanos y flores ornamentales, representando solo el 20% de la superficie empleada para cultivar. De este porcentaje, la producción se orienta mayormente al mercado exterior, adaptando los terrenos a unas condiciones específicas para conseguir una elevada rentabilidad.

El mayor reto de los productores del campo es adaptarse a las condiciones del terreno para lograr un cultivo próspero y apto para el consumo humano. Por esa razón, te sugerimos emplear alguna de estas claves para mejorar la vida de los productores del campo que mencionaremos en los siguientes párrafos.

Realiza una investigación del terreno

Antes de emprender esta aventura, es necesario contratar a un grupo de especialistas, principalmente un ingeniero agronómico, para realizar una serie de investigaciones que determinen si el suelo es apto para la producción.   

Los suelos canarios son irregulares, pero su composición es rica en diversos nutrientes, lo cual permite cultivar diferentes tipos de vegetales y frutas. Dependiendo del clima, la mineralogía del suelo y su biología, los agroingenieros te recomendarán las plantas más fáciles de explotar en tus terrenos.

En las zonas más cercanas a las costas, donde la temperatura es estable y óptima, se siembran grandes plantaciones de tomate. Los cultivos de plátanos necesitan suelos con bastante porosidad y ubicarse a una altitud inferior a los 300 metros para desarrollarse en sus máximas condiciones.

En el caso de los árboles frutales que son sembrados al noroeste de las Canarias, se cultiva una extensa variedad de frutas en una misma superficie: almendro, manzano, melocotonero, peral, papaya, mango, pitahaya, aguacate y otro tipo de cítricos.

Construye un sistema de riego

El clima en las islas es tropical, como consecuencia, necesitas instalar un sistema de riego para nutrir y cuidar los cultivos. Al comienzo, hacer este tipo de inversión representa un alto costo porque debes abarcar el terreno por completo. La buena noticia es que contribuye a mejorar la vida de los productores del campo y le aporta varios beneficios a tu producción:

  • Automatizas el riego de las plantas,  reduciendo los costes de mano de obra, energía y tiempo.
  • Se adapta a cualquier tipo de terreno y utiliza eficientemente el agua porque distribuye la cantidad necesaria para fomentar el crecimiento.
  • Instalación sencilla y simplificación de algunas labores, por lo que la obtención de resultados se alcanza en un menor tiempo.
  • Consigues un crecimiento estable y uniforme de tus plantaciones.
  • Los diferentes tipos de sistemas son fabricados con materiales de excelente calidad, lo cual garantiza un funcionamiento continuo por más de 20 años.

Por las condiciones del suelo, el sistema de riego por excelencia es por goteo, que consiste en la filtración del agua directamente hacia las raíces de la planta. Su diseño permite controlar la presión del agua para aprovechar cada gota y así economizar los suministros. Sin embargo, algunos productores mezclan otros métodos como el sistema por aspersión, obteniendo un efecto similar a la lluvia para hidratar a las plantas.

Chequeos frecuentes para controlar las plagas, enfermedades y maleza

Para asegurar el éxito de tu producción agrícola, realiza múltiples chequeos a los cultivos, con el fin, de controlar la proliferación de insectos, maleza y enfermedades que se alimentan de las plantas.

Se estima que entre el 20% al 40% de los cultivos se desperdician a nivel mundial por la aparición de estos intrusos, trayendo consigo una desmejora en la calidad del producto, pérdidas económicas y daños severos.

En los cultivos de campo, las plagas más comunes son los insectos como los saltamontes, babosas, caracoles, hormigas y garrapatas, estos últimos pueden trasmitir enfermedades a los animales ganaderos.

También proliferan otro tipo de plagas como maleza y malas hierbas, que entorpecen el crecimiento de los cultivos al usar el espacio, el agua y los nutrientes proporcionados a las plantas.

Por último, se encuentran las enfermedades y virus como los hongos y bacterias, que son los más difíciles de eliminar y se propagan con rapidez.

¿Cómo controlar la aparición de plagas?

En la actualidad existe una gran variedad de técnicas que permiten controlar la aparición de plagas, maleza y enfermedades. Recomendamos los siguientes métodos porque cubren todas las etapas de producción:

Saneamiento de los cultivos

En una primera etapa se hace el saneamiento o limpieza de los cultivos. Se procede a eliminar los residuos de cosechas anteriores como maleza, rastrojos y plantas voluntarias que afectan las próximas producciones.

En el caso de que siembres plantas frutales, si observas que la fruta se cae y está dañada, deberás recogerla  y enterrarla unos 15 cm debajo del suelo para prevenir su propagación. Especialmente esa práctica es de utilidad con los cultivos de tomate, naranjas, duraznos, entre otros tipos de frutas.

Preparación del terreno

Antes de sembrar el otro cultivo, preparar el terreno, así lograrás expulsar las plagas que invernan en la raíz y capas más superficiales del suelo. Voltea el suelo unos 24 cm a 30 cm de profundidad, así aflojarás el terreno y podrás incorporar los restos de rastrojo para nutrirlo. Además, favoreces la penetración del agua y la oxigenación del suelo.

Siembra diferentes cultivos

Diversifica tu producción y reduce la aparición de plagas al rotar tus cultivos. Cuando siembras plantas de una misma familia, le permites a las bacterias y plagas desarrollar resistencia a tus métodos de control. Por eso, se recomienda rotar el tipo de plantas que cosechas, así evitarás que compartan las enfermedades.

Abonos y fertilizantes orgánicos para mejorar los resultados

Los abonos y fertilizantes orgánicos provienen de los residuos de animales, alimentos y vegetales. Aportan diversos nutrientes como potasio y fósforo para aumentar la fertilidad y optimizar los suelos. Esta es una de las mejores formas de mejorar la vida de los productores del campo porque contribuye a la agricultura sustentable.

Este tipo de abono y fertilizantes, al utilizar ingredientes naturales favorece la estructura y textura del suelo, reteniendo mejor la humedad y descomponiendo con mayor facilidad los nutrientes. Son una vía económica, amigable con el medio ambiente y absorben las radiaciones solares que impiden el correcto crecimiento de las plantas.

Lleva un registro de tu producción

Otra forma de mejorar la vida de los productores del campo es que, a medida que desarrollas tus cultivos, lleves un registro detallado de las actividades, las necesidades de energía, los materiales, el tiempo, entre otros puntos de interés. De esa forma, al culminar será más sencilla la evaluación de los resultados y podrás crear una planificación para tus próximas producciones.

Planificar tu producción ayuda a visualizar más rápido los errores, permitiéndote corregir y optimizar los recursos. Igualmente, podrás comparar las diferentes producciones que realizas a lo largo del año, con el fin de determinar cuál cultivo genera mayores márgenes de ganancia.

Siguiendo esta sencilla guía encontrarás las claves para mejorar la vida de los productores del campo. Las islas Canarias ofrecen suelos fértiles y un clima estable, ideal para desarrollar diferentes tipos de cultivos como una actividad rentable, tanto para el comercio interior como el exterior.