Los sensores de hojas están cambiando la forma de optimizar los recursos en la floricultura, pues estos dispositivos miden el espesor y la capacidad eléctrica de las hojas, que según la cantidad de agua que estas tengan, podrán dar la señal al floricultor de cuándo es el momento exacto para activar sus sistemas de riego, evitando así, el desperdicio de agua, como también, evitando flores o plantaciones secas.
La investigación sobre estos sensores fue realizada por el Colegio de Ciencias Agrícolas de Penn State (Penn State’s College of Agricultural Sciences), quienes basaron sus estudios en el monitoreo continuo del estrés hídrico de la planta, el cual, es particularmente crítico en regiones áridas en donde los sistemas de riego se activan de forma tradicional al medir el contenido de humedad del suelo o desarrollando modelos de evapotranspiración que permiten calcular la suma de la evaporación de la superficie del suelo y la transpiración de la planta.
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La necesidad de optimizar los recursos
Sin embargo, la forma tradicional es compleja y la temporización de los sistemas de riego en ocasiones no es tan acertada y efectúan el riego aún cuando los cultivos de flores se encuentran hidratados, perdiendo así grandes cantidades de agua.
Ahora bien, con los sensores de hoja existe la posibilidad de aumentar la eficiencia del uso del agua con una nueva tecnología que detecta con mayor precisión cuándo las plantas necesitan ser regadas.
Este estudio, fue recientemente publicado por la Sociedad Americana de Ingenieros Agrícolas y Biológicos, siendo su investigador principal, Amin Afzal, quien es candidato al doctorado en ciencias de la planta y logró integrar en un sensor de hoja que tiene la capacidad de medir simultáneamente el espesor de hoja y la capacitancia eléctrica foliar derivada de su cantidad de agua, hecho que nunca antes se había realizado.
La investigación para crear los sensores de hojas
Los investigadores integraron la capacidad de medir simultáneamente el espesor de las hojas y de medir la capacidad eléctrica de las hojas mediante un sensor especial de hojas que monitorea la cantidad de agua en la planta.
Las variaciones diarias de la hoja fueron dinámicas de conformidad a los cambios del día, cambios de temperatura, según la humedad del suelo, hasta que el espesor de la hoja se estabilizó durante los dos días finales del experimento, cuando el contenido de humedad alcanzó el 5%, regada con poca agua y sin peligro de marchitamiento.
Una explicación sencilla que ofrece Afzal, es la siguiente:
“El espesor de la hoja es como un globo, se hincha por la hidratación y se contrae por el estrés hídrico o la deshidratación… El mecanismo detrás de la relación entre la capacidad eléctrica de la hoja y el estado del agua es complejo. La capacidad eléctrica de la hoja cambia por completo en respuesta a la variación en el estado del agua de la planta y la luz del ambiente”.
El funcionamiento del sensor
El sensor de hoja es sencillo, se muestra como un clip que envía a un dispositivo llamado unidad central, la información precisa sobre la humedad de la planta, esta unidad posterior a la medición, se comunica en tiempo real con un sistema de riego para regar el cultivo.
Finalmente, cada detalle de la planta procesado por la unidad central, puede ser manejado por una aplicación de teléfono inteligente para que el floricultor mantenga todo siempre bajo control.
Extractos:
- Los sensores de hojas están cambiando la forma de optimizar los recursos hídricos en la floricultura midiendo la cantidad de agua en las plantas.
- El sensor de hoja se muestra como un clip que envía a un dispositivo llamado unidad central, la información precisa sobre la humedad de la planta.
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